Este es un artículo que ha sido publicado por El Mundo.es, me ha parecido interesante:

¿Dónde están los reyes del asfalto?

Hace años, era frecuente ver a un camión detenido y a su conductor ayudando a un automovilista en apuros. Ahora, los agentes de tráfico, razones de seguridad y el gran número de coches han obligado a estos profesionales a modificar su actitud.

FERNANDO I. LIZUNDIA

MADRID.-Es posible que usted ni siquiera haya notado su desaparición, pero por espacio de décadas fue una visión cotidiana en las carreteras españolas: un camión detenido en el arcén y su conductor asistiendo a algún automovilista en apuros. Eran otros tiempos. En España nadie conocía aún el fast-food, los móviles o Internet. Los camioneros eran los señores de la carretera, los monarcas del asfalto. Hoy en día resulta casi imposible ver ese espectáculo. Aquella solidaridad ha dejado paso a una abierta hostilidad entre los dos principales usuarios de la red viaria española. Tan sólo en caso de accidente se repiten esas visiones del pasado.
En realidad, hay muchas razones que explican este cambio de actitud. «No somos menos solidarios ahora que antes», asegura el camionero Juan José Matesanz. Una rara avis en el sector. Maestro industrial, tiene estudios de Ingeniería, se graduó en Empresariales en el Icade y fue publicista y director de agencia bancaria, antes de aterrizar en el transporte por carretera.
«Hoy», prosigue, «las empresas nos aprietan, nos exigen respetar unos horarios estrictos; la Guardia Civil nos pide que no nos detengamos, la mayoría de los coches tienen seguros con servicio de asistencia en carretera y… hay tantos coches, que si parásemos siempre, nunca llegaríamos a destino».
Severino Álvarez –que, como Matesanz, ha surcado durante años las carreteras europeas y ahora sólo trabaja en España– se pronuncia en términos similares. «En general no paramos, porque con todo el tráfico que hay, un camión detenido en la cuneta representa un peligro. Por eso los guardias civiles siempre nos ordenan que continuemos camino. Entre unos y otros han conseguido que paremos en poquísimas ocasiones».

El problema de los ‘turismos’
Pero hay un problema de mayor calado. Lo que en el argot del sector se denomina los turismos. Es decir, los automovilistas españoles. «El turismo no respeta nada al camión. Simplemente, no lo entiende», afirma Alberto Vila, ex camionero, propietario de una empresa de transporte y también piloto en el Campeonato Europeo de Camiones.
«Los turismos no se dan cuenta del peligro potencial que encierran algunas maniobras», comenta Álvarez. «No saben lo que cuesta detener 40 toneladas. Además, una frenada brusca puede provocar un corrimiento de la carga, que aplasta la cabina… y al camionero». «Otro problema son los adelantamientos. Hay que ser un estratega. Los camiones están limitados electrónicamente. Aunque tengas 500 o más caballos no puedes acelerar como un coche, hay que planificar, estudiar el terreno, ver si el otro vehículo lleva una carga más pesada que la tuya o no. Y, cuando finalmente vas a iniciar la maniobra, llega el turismo, se mete a la brava y te obliga a frenar», añade Álvarez.
«Acelerando cuesta arriba, con una pendiente de cinco grados y a plena carga, un camión puede consumir 170 litros cada 100 kilómetros. Los adelantamientos interrumpidos pueden suponer un sobrecoste de hasta 18.000 euros al año», explica Matesanz.Para Álvarez, la cosa está clara: «Los turismos no saben circular en caravana. Tienen que adelantar a cualquier precio. Desconocen el código, no respetan las prioridades, no saben evaluar distancias, no ven el peligro…».

Reino Unido, el paraíso de los camioneros
Todos los camioneros consultados se quejan de lo mismo: «Los turismos dan por hecho que estamos obligados a respetarlos, pero, al revés, nunca». Matesanz lo explica con un ejemplo: «En las rotondas los turismos nunca ponen el intermitente. Eso te obliga a parar, cuando tal vez no hubiese hecho falta. Y una arrancada puede costar hasta tres litros de gasoil».
¿Y es así en todos los países? Pues, al parecer, no. El Reino Unido es el paraíso terrenal del camionero. «Allí los conductores son educados y pacientes, respetan a los camioneros, ceden el paso, te entienden», afirma Álvarez. Francia es el país con las mejores carreteras, buenos trazados, adecuada señalización, excelentes áreas de descanso.